Ficool

Chapter 28 - [x] El enviado más problemático del universo

—En serio, ni para mentir sirves —dijo Kurohime, fulminando a Hideki con la mirada.

—Hermana, que conste —añadió cruzándose de brazos—, tú fuiste la que decidió eso de la recompensa. No quiero saber nada cuando se nos venga encima.

—Bueno, bueno —interrumpió Hideki, estirándose con desinterés—,

Creo que ya pueden enviarme a ese mundo de fantasía.

Esto empieza a sonar repetitivo... y aburrido.

—Tienes razón —respondió Yuzuriha, la diosa de la Vida, con una sonrisa cansada—.

Te deseo suerte... La vas a necesitar.

En ese momento, una suave luz azul comenzó a envolver a Hideki. Su cuerpo empezó a desvanecerse lentamente, como si fuera polvo flotando en el aire.

Antes de desaparecer por completo, Hideki les lanzó una última advertencia:

—¡No crean que olvidaré mi recompensa!

Cuando la luz se disipó y el chico ya no estaba, Kurohime suspiró pesadamente.

—Hermana... creo que acabas de cometer un gran error.

—¿Eso crees? —replicó Yuzuriha encogiéndose de hombros—.

Siendo sincera, yo no creo que sobreviva más de un año allá.

Quizá deberíamos ir pensando en buscar otra alma de reemplazo.

—Eso dices tú... —murmuró Kurohime, mirando el vacío donde Hideki había estado—.

Pero mientras estuve con él, me di cuenta de algo.

Esa forma de ser tan cínica y pervertida... es como una máscara.

Algo que usa para ocultar o protegerse.

No estoy segura de qué exactamente.

—¿No será que te estás imaginando cosas? —resopló Yuzuriha—.

Dudo mucho que debajo de ese idiota haya algo más que otro pervertido.

—Ojalá sea eso... —susurró Kurohime—.

Porque esa mirada suya... era distinta.

Llena de tristeza, dolor... y odio.

Yuzuriha frunció el ceño, pensativa.

—¿Esa mirada no tendrá algo que ver con el cuerpo que le diste?

¿No dijiste que usaste el cuerpo de la persona que más amaste?

Kurohime asintió, casi en un susurro:

—Sí.

Le di el cuerpo de Izanari .

Pero esa mirada... esos ojos...

Son de él.

Cuando toqué su alma, gritaba en silencio.

Era un alma atormentada... desesperada por ser rescatada.

Las dos diosas quedaron en silencio, mientras el eco del error que acababan de cometer se extendía por todo el espacio vacío.

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